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UN PASO MÁS: LA COPA MENSTRUAL

Muchas mujeres ya han dicho adiós a los productos íntimos tradicionales que

se emplean durante el periodo de menstruación para dar paso a una novedad

como lo es la copa menstrual.

Para aquellas que todavía no lo han descubierto, se trata de un pequeño

recipiente de silicona en forma de campana que se inserta en la vagina durante

el periodo para depositar el flujo menstrual. Según los datos de INTIMINA,

compañía dedicada a la primera gama de productos de higiene y salud íntima

femenina, son cada vez más las mujeres que deciden usar este método tan

fiable. Además, según su análisis realizado entre enero y junio de 2019, las

españolas son las que más apuestan por la copa menstrual en Europa por

segundo año consecutivo.

Entre sus ventajas destaca el ahorro económico que facilita el producto, ya que

una copa menstrual puede emplearse hasta 10 años siempre y cuando se

respeten las medidas de higiene correspondientes. Es tan fácil como vaciarla

cada 8 horas y esterilizarla con agua hirviendo al finalizar el periodo menstrual.

Con ello se puede ahorrar hasta una media del 75% de lo que se suele gastar

en los productos tradicionales de higiene íntima. La inversión es mínima, pues

el gasto anual es de menos de tres euros.

El impacto positivo hacia el medio ambiente también es una medida que ha

favorecido al éxito de tal producto. Dependiendo de cada mujer, el periodo

menstrual dura aproximadamente cinco días cada mes. En total, suma 60 días

al año. Por ello, la totalidad de la vida fértil femenina se hace presente

alrededor de 2400 días. Si por cada día una mujer utiliza entre tres y cinco

compresas o tampones desechables para su higiene íntima, estaría

consumiendo unos 15.000 productos que tardarían entre 100 y 200 años en

descomponerse. Además, hay que tener en cuenta que las mujeres sumamos

más de la mitad de la población mundial.

Con ello, según INTIMINA, un total de100 mil millones de tampones y

compresas se desechan al vertedero cada año. Por lo tanto, el uso de la copa

menstrual supone un cambio notable para el medio ambiente, ya que el

impacto de una sola es significativamente reducido en el entorno natural.

Otra de sus características es que se pueden adquirir diferentes tipos de copas,

clasificadas por tallas, dependiendo de dos variables básicas: la edad y el

embarazo. Por lo general, se suele asumir el error de que la talla de la copa

menstrual depende de la capacidad de cada mujer. Siendo menor de 18 años,

sin haber experimentado ningún parto vaginal, la correspondiente es la S.

Dando un paso más, la M es la talla adecuada para aquellas mayores de 18 y

menores de 30 años que tampoco hayan pasado por ningún parto vaginal. Por

último, superando los 30 con o sin parto, la talla correspondiente es la L.


Nunca es demasiado tarde para dar un paso más. Queda comprobado que la

copa menstrual es de las mejores inversiones y alternativas dentro del cuidado

íntimo de la mujer.

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